viernes, 14 de diciembre de 2012

María y yo (por Mairena Guerra)



En este documental, el cual vi el pasado miércoles en el Cine Club, se cuenta la historia del viaje que realizan María y Miguel Gallardo, padre de María.

María es una adolescente de 12 años de edad que tiene autismo, pero eso no es un impedimento para sus padres a la hora de realizar casi cualquier cosa. Miguel y May, madre de María, se divorciaron algunos años atrás y, como consecuencia, cada uno vive en una parte de España: May en las Islas Canarias, donde reside con su hija María, mientras que Miguel lo hace en Barcelona.
Miguel Gallardo es un famoso dibujante e ilustrador, simpático y amable, que parece haber aceptado bastante bien la situación en la que se encuentra María, aunque le cuesta estar viviendo tan lejos de ella durante períodos largos de tiempo. Al ser un reconocido dibujante de cómics, parece que su faceta le ha ayudado a configurar la forma que tiene de entender el autismo de su hija. 



May es quien comparte el día a día con María, y aunque la cuida junto con el abuelo y ayuda profesional de una asistenta, demuestra amor y ternura por ella a todas horas. Por muy cansada que esté, siempre deja ese sentimiento para otro momento, siendo paciente y cariñosa con María en cualquier instante del día, queriendo aprovechar un aprendizaje tras otro, sin perder de vista los avances que va logrando.

Es importante saber que las personas con autismo son personas que requieren de una rutina muy rígida, ya que al no tener capacidad de anticipar, no pueden entender los cambios que se producen en su alrededor. Eso les produce un gran enfado y resistencia. Por ello, cuando María y su padre van de paseo, siempre tienen que seguir una misma ruta. 
Es bonito ver al final del documental, los pictogramas que se usan con María en su casa, la forma de utilizarlos y el orden que se consigue el entorno familiar. Así como una forma de expresión especial que permite a las personas con autismo establecer en su mente una secuencia de acciones ordenada, que les permite anticipar lo que viene antes y después de otras cosas. Se extiende, de forma necesaria, ya que todo está interconectado en estas vidas, a cómo es su colegio, sus compañeros y sus actividades en él.



Miguel Gallardo, con sus cómics, ayuda a María en su difícil trayectoria de comunicación con el mundo y las personas que la rodean, mediante sus sencillos diseños plasmados en un cuaderno que llevan constantemente. Hay muchos cuadernos en los que Miguel ha ido narrando las historias de María desde su nacimiento y que conserva como algo especial para él y su hija, un lazo de unión en su relación. En estas vacaciones llevan uno en blanco en el que van dibujando aquello que se le hace necesario saber a María de una forma más visual y simple.
Los niños con autismo en ocasiones poseen habilidades extraordinarias, y en este caso, María nos sorprende con su deslumbrante memoria para las caras y nombres de las personas que conoce, aunque sea solo durante unas horas o instantes. Aunque también tenemos el extremo contrario, y es un perfecto ejemplo para las estereotipias y repeticiones ya que María está fascinada por la arena de la playa y le encanta cogerla y hacerla volar al viento, de forma lenta y granito a granito, muy cerca de su cara. 



Es destacable también, cuando María siente aversión por algún estímulo, grita, y es increíble  ver como sus padres no sienten vergüenza por ello, sino que es una persona por la que sienten amor y cuando inevitablemente su forma de comportase no es la más correcta en ciertas situaciones sociales, y el continuo esfuerzo que hay que hacer para tratarla como adulta, y no como niña aún. 
Personalmente, me ha gustado mucho el documental ya que al principio pensaba que iba a ser el típico hablaría del autismo y poco más.
Es un documental que trasmite realidad y sentimientos de amor y cariño hacia una persona con un trastorno difícil de tratar. 
Durante todo el documental, tuve oportunidad de ver y de aprender de él, además de divertirme, pues hay situaciones graciosas.
En resumen, pienso que aún teniendo un trastorno de ese tipo, se puede llegar a encontrar la felicidad, María es un gran ejemplo.



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