jueves, 27 de diciembre de 2012

Papá Noel (por Mairena Guerra)



A lo largo y ancho del mundo, Papá Noel tiene múltiples y variados nombres, San Nicolás, Santa Claus, Viejito Pascurero, Padre hielo,… al igual que cambian de un país a otro las historias y formas que tienen los niños de vivir la tan esperada noche.
Lo que no varía es la figura del viejecito barrigudo, de tez rosada, vestido con traje rojo y larga barba blanca que se ha convertido en el personaje principal de las fiestas de Navidad.

La verdadera leyenda de Papá Noel

Cuenta la historia que Nicolás de Bari nació en el siglo IV en Patara, una ciudad del distrito de Licia, en lo que actualmente es Turquía, dentro de una familia rica y acomodada. Desde su niñez, Nicolás destacó por su bondad y generosidad con los más pobres, preocupándose siempre por el bien de los demás. Siendo todavía muy joven, el muchacho perdió a sus padres, presas de una epidemia de peste, y se convirtió en el heredero de una gran fortuna. A sus 19 años, Nicolás decidió dar toda su riqueza a los más necesitados y marcharse a Mira con su tío para dedicarse al sacerdocio.
Papá Noel con una niña en sus rodillas

Allí fue nombrado obispo y se convirtió en santo patrón de Turquía, Grecia y Rusia.
Además fue nombrado Patrono de los marineros porque, cuenta una historia que, estando alguno de ellos en medio de una terrible tempestad en alta mar y viéndose perdidos, comenzaron a rezar y a pedir a Dios la ayuda del santo, y las aguas se calmaron.
San Nicolás falleció el 6 de diciembre del año 345. Puesto que esa fecha está muy próxima a la Navidad, se decidió que este santo era la figura perfecta para repartir regalos y golosinas a los niños el Día de Navidad.
Desde el siglo VI, se empezaron a construir templos en su honor y en 1087 sus restos fueron llevados a Bari, en Italia.
Posteriormente, en el siglo XII, la tradición católica de San Nicolás creció por Europa, y hacia el siglo XVII emigrantes holandeses llevaron la costumbre a Estados Unidos, donde se suele dejar galletas o pasteles caseros y un vaso de leche a Santa Claus.
Por cierto, como curiosidad, el nombre Santa Claus se creó a raíz del nombre del santo en alemán, San Nikolaus.
El aspecto de San Nicolás de Bari era muy distinto al que se le atribuye hoy: tenía la complexión delgada y era de gran estatura. Y el hecho de que lo representen siempre con una bolsa y tenga la fama de repartidor de regalos se debe a que, en cierta ocasión, el santo tuvo conocimiento de que la hija de uno de sus vecinos iba a casarse y su padre no tenía dinero para la dote, por lo que decidió entregarle una bolsa con monedas de oro. Así, la boda pudo celebrarse y, desde entonces, cobró fuerza la costumbre de intercambiar regalos en Navidad.


Santa Claus, una imagen moderna

Aunque la leyenda de Papá Noel sea antigua y compleja, y proceda en gran parte de San Nicolás, la imagen familiar de Santa Claus con el trineo, los renos y las bolsas con regalos es una invención estadounidense. En 1823, el escritor inglés Clement Moore escribió el poema "Una visita de San Nicolás", imaginando que Papá Noel surcaba los cielos en un trineo llevado por, al menos, nueve renos - Rudolph, Donner, Blitcher, Cometa, Cupido, Brillante, Danzante, Centella y Zorro -, y no que repartía sus regalos a pie o montando en un caballo como se había aceptado hasta entonces.
A los norteamericanos también se les responsabiliza de la imagen actual de Papá Noel. En 1931, una conocida marca de refrescos encargó al caricaturista Thomas Nast que dibujara un Papá Noel humanizado y cuya imagen fuera más cercana a las personas para su campaña navideña. Así surgió el Papá Noel vestido de rojo, con cinturón y botas negras que permanece hasta hoy en el imaginario popular, - aunque San Nicolás haya vestido a Papá Noel de verde -.
A día de hoy, la historia cuenta que Papá Noel vive en el Polo Norte acompañado de la señora Noel y de un grupo de duendes que son los encargados de fabricar los juguetes que desean los niños de todo el mundo. Cuando llega la noche del 24 de diciembre, Papá Noel carga todos sus regalos en un saco y recorre el mundo dejando los regalos de los niños debajo del árbol de Navidad.

Reciclaje al son de pandereta (por Mairena Guerra)


Mientras esperan la llegada de los Reyes Magos, cerca de ochenta niños de la capital se entretienen durante las mañanas de Navidad con los diferentes talleres que se han organizado desde la concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Zamora en varios puntos de la ciudad. Desde San José Obrero a Los Bloques, pasando por Pinilla o el palacio de La Alhóndiga en la zona centro, un grupo de monitores entretiene a estos pequeños con un completo programa de actividades que conjuga juegos colectivos, talleres de reciclaje, manualidades y hasta los tradicionales villancicos de estas fechas.

La Navidad es el tema alrededor del que giran estas distintas labores. El objetivo de este programa es doble porque, además de amenizar las mañanas de los niños hasta la vuelta al colegio, se intenta ayudar a la conciliación de la vida laboral y familiar en estos días en los que los más pequeños no tienen clase.

«Se intenta sobre todo dar un respiro a los padres», reconoce Sara Pastor, una de las monitoras que tiene a su cargo a una treintena de niños de entre seis y doce años en una de las salas del palacio de La Alhóndiga donde se desarrolla el taller «Navidades de papel».

Y es que este material es el protagonista del taller en sus distintas versiones. En estos días los participantes aprenden a hacer desde flores hasta vidrieras, pasando por marcapáginas o árboles en tres dimensiones, bolas para adornarlos o incluso cadenetas. Todos ellos con la misma materia prima en diferentes colores. «Los materiales los ponemos nosotros, pero la idea es enseñarles a hacer manualidades que luego ellos puedan repetir en casa con elementos que ellos tengan a mano», explica la monitora.

Poner en valor el reciclaje es otra de las finalidades de estos talleres infantiles, por ello la mayor parte de las actividades se realizan con material que es fácil de encontrar para darle una segunda oportunidad, no solo papel, sino también telas o lanas. Así se realiza también en el taller «Reciclaje de adornos de Navidad» que se desarrolla para los vecinos de la margen izquierda del río, en el barrio de Pinilla.

En la asociación de vecinos de Los Bloques durante la primera jornada de estos talleres la veintena de niños que participan en él aprendieron a realizar con cartulinas árboles y figuras de ángeles que después decoraron cada uno a su gusto con brillantinas de colores, acompañándolos después de originales tarjetas navideñas para regalar.

Entretener a un abanico de edad tan amplio como son niños de cinco a doce años es uno de los «retos» de los monitores que realizan estos días los talleres. «Las diferentes actividades se gradúan según las edades, para que todos se puedan divertir con las mimas tareas, aunque a diferentes niveles», explica Ángela Illán, monitora del taller que se desarrolla en el barrio de Los Bloques.

Los talleres, que comenzaron ayer, continuarán hasta mañana viernes, día 28, y también durante la siguiente semana, del 2 al 4 de enero, en horario de 11.00 a 14.00 horas. En aquellos talleres donde aun no se hayan cubierto las plazas se pueden acercar los niños interesados para disfrutar reciclando y en compañía durante estos días festivos.

Junto a estos talleres de manualidades, el próximo 2 de enero se unirá un nuevo ciclo de «Magia, cuentos, malabares», para niños de siete a trece años, en el Centro de Interpretación de las Ciudades Medievales.


Noticia sacada de la Opinión de Zamora el día 27/12/2012

DKV organiza Fresh Art Kids (Por Diana Pérez)

DKV, la compañía aseguradora con larga tradición en seguros de salud y con la que se comercializa la póliza salud, ha lanzado la primera edición de Fresh Art Kids este mes de Diciembre del 2012.

DKV Fresh Art Kids es un proyecto dirigido a los niños de segundo ciclo educativo infantil (de 3 a 6 años) y de todos los niveles de educación primaria (de 6 a 12 años).
Este proyecto esta compuesto por talleres artísticos a través de los cuales los niños y niñas hospitalizados pueden expresar sus sentimientos y distraerse de su realidad diaria, disfrutar y ser felices. Aportar algo más que tecnología médica en el proceso de hospitalización de un niño, es muy importante para su mejora y su calidad de vida.

Los talleres tienen lugar un día a la semana y durante hora y media, impartido en una sala común del centro hospitalario.

Para DKV Seguros es un orgullo poder hacer llegar un poco de esperanza y alegría a niños hospitalizados, pero también es muy importante la intención de fomentar el desarrollo artístico de los más pequeños, ya que creemos que el arte es una estupenda vía para mejorar su salud y calidad de vida. Creatividad e innovación son valores muy ligados a nuestra compañía y estamos seguros que DKV Fresh Art Kids es un proyecto que engloba muy bien ambos.

El Hospital Sant Joan de Déu ha sido el primero en poner en marcha esta iniciativa, la cual ha tenido una gran acogida. Desde DKV, esperamos que este proyecto recorra diversos puntos del país haciendo la rutina diaria de estos pequeños artistas más amena, evadiéndoles del día a día hospitalario.

Este programa finalizará con un festival en Barcelona y en Madrid, donde se reunirán todos los participantes con sus trabajos realizados para pasar una jornada lúdica.


Para dar la bienvenida a este programa recibirán todos los niños un pack denominado "Artpack" y que está compuesto por un maletín de cartón, una carta de bienvenida para los familiares, un tríptico, un libro de manualidades y lápices de colores. El tema para la actividad es “Un mundo por descubrir: la aventura de un viaje fascinante a través del arte”.

En mi opinión es una buena iniciativa por parte de la empresa aseguradora ya que de esta manera ayudan a que los niños que se encuentran hospitalizados se liberen de sus tensiones por unos momentos y puedan disfrutar con el arte olvidando así su situación hospitalaria y su enfermedad.